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Diez relatos bíblicos para los mas pequeños de casa

 La Biblia, es una de los mejores libros que debe de tener un niño en su dormitorio, allí aprendemos la palabra de Dios reflejada en sus libros, y muchos de sus libros, nos relatan la vida de Jesús, sus apóstoles y de muchos profetas del Antiguo Testamento, te invitamos a que leas estos 10 relatos muy bonitos para nuestros hijos:

1.- LA CREACIÓN (Génesis 1 y 2)

Hace mucho tiempo atrás, más atrás de todo el tiempo que te puedas imaginar no había nada. Sólo Dios existía. Dios decidió crear la luz, y en el primer día de todos los días tal como los conocemos, Dios llamó a la luz día y a la oscuridad noche.

En el segundo día Dios creó el cielo y lo separó de las aguas. Al tercer día Dios creó la tierra, y con ella las flores, árboles y frutas. En el cuarto día Dios creó el sol para gobernar el día, la luna para gobernar la noche y las estrellas. Juntos fueron creados para separar la luz de las tinieblas, el día de la noche, ser señales de las estaciones, de los días y los años.

En el quinto día Dios creó todas las criaturas vivientes del mar y del aire. En el sexto día Dios creó las criaturas terrestres, insectos, reptiles y mamíferos. Pero ese día Dios hizo algo más: creó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida. También plantó Dios el jardín del Edén donde crecían todo tipo de árboles, y en medio del jardín sembró el árbol del conocimiento del bien y el mal.

Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín para que lo cuidara y le permitió alimentarse de todos los árboles, excepto del árbol del conocimiento porque si lo hacía moriría. Además Dios le dio la tarea de nombrar a todos los animales creados. Pero el hombre estaba solo y Dios decidió darle una compañera. Para esto hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y mientras dormía le sacó una costilla y le cerró la herida. De ahí creó a la mujer.

En el séptimo día cuando quedaron terminados los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos Dios descansó de su obra creadora.


2. EL ARCA DE NOÉ (Génesis 6-9)

Noé era un hombre bueno y honrado. Los demás hombres de la tierra eran malos y desobedecían a Dios.

Al ver el Señor que la maldad del humano era muy grande y que la tierra estaba llena de violencia se arrepintió de haberlo creado y le dijo a Noé:

-He decidido acabar con los seres humanos, pues por su causa la maldad reina sobre la tierra. Construye un arca de madera porque voy a enviar un diluvio y todo lo que existe sobre la tierra morirá. A ti por ser bueno te salvaré junto con tu esposa, tus hijos y sus esposas. Debes resguardar en el arca una pareja de cada especie viviente de aves, ganado y reptiles, macho y hembra, que sobrevivirán contigo. Recoge además alimentos y almacénalos.

También le pidió Dios a Noé que de algunos animales llevara siete y no solo dos individuos y le dijo que haría llover por cuarenta días y cuarenta noches.

Cumplidas sus tareas Noé subió al arca, Dios cerró la puerta y empezó a llover. Tanta agua cayó que cubrió las montañas más altas. Así desaparecieron todos los seres vivientes excepto Noé y los que estaban con él. La tierra quedó inundada por ciento cincuenta días.

Luego Dios hizo que las aguas comenzaran a bajar. Un día Noé para saber si la tierra se había secado abrió una ventana del arca y soltó a un cuervo que estuvo volando pero regresó porque no encontró un lugar para posarse. Luego soltó una paloma y sucedió lo mismo. Siete días después Noé volvió a soltar a la paloma que regresó con una hoja de oliva en el pico, la semana siguiente supo que la tierra estaba seca porque la paloma no regresó.

Finalmente Dios le dijo a Noé que podía abandonar el arca junto con su familia y los animales: “multiplíquense y llenen la tierra”- dijo Dios.

Noé construyo un altar en agradecimiento a Dios por haberlo salvado y Dios le hizo a Noé la promesa de nunca más volver a enviar un diluvio para castigar al hombre.

Como señal de que cumpliría su promesa Dios puso el arcoíris en el cielo.


3. JOSE EL ESCLAVO (Génesis 39-41)

José el rey de los sueños

José era un joven bueno que amaba a Dios. Por envidia sus hermanos lo vendieron como esclavo y fue enviado a la cárcel injustamente.

Estando en la cárcel conoció al copero y al panadero del rey que habían sido encarcelados por ofender al faraón. Una noche, ambos hombres tuvieron un sueño, la mañana siguiente José se ofreció a interpretarlos a través de Dios.

Primero habló el copero:

– Soñé con una vid que tenía tres ramas, floreció y maduraron las uvas de sus racimos. Yo tomé las uvas, las exprimí en la copa del faraón y se la di.

José interpretó:

– Las tres ramas son tres días. Dentro de tres días el faraón te restituirá en tu cargo. No te olvides de mí, pídele al faraón que me saque de esta cárcel donde estoy injustamente.

Luego contó su sueño el panadero:

– Soñé que llevaba tres canastas de pan sobre la cabeza para el faraón, pero las aves venían y se comían el pan.

José le dijo:

– Las tres canastas son tres días. Dentro de tres días el faraón mandará a matarte.

Las predicciones de José se cumplieron, pero el copero se olvidó de él, no habló con el faraón para que lo liberara y dos años más estuvo José en la cárcel.

Hasta que un día el faraón tuvo dos sueños.

En el primer sueño el faraón estaba parado al lado del río Nilo cuando salieron del río siete vacas gordas que se pusieron a pastar. Detrás de ellas salieron siete vacas flacas que se comieron a las vacas gordas.

En el segundo sueño siete espigas de trigo grandes crecían de un solo tallo, luego brotaron siete espigas marchitas que se comieron a las grandes.

A la mañana siguiente el faraón mandó a llamar a todos los sabios del reino, pero nadie supo interpretar sus sueños. El copero se acordó de José y le habló de él al faraón quien lo mandó a buscar de inmediato.

José escuchó los sueños y dijo:

– Tus dos sueños son el mismo. Las siete vacas gordas y las siete espigas grandes son siete años de abundancia. Las siete vacas flacas y las siete espigas marchitas son siete años de hambre. Mi recomendación es que busque un hombre sabio que durante los siete años de abundancia organice una reserva de alimentos que pueda utilizar durante los siete años de hambre.

El faraón pensó que el hombre más competente para llevar a cabo esa tarea era José, así que lo puso a cargo de su palacio y ordenó que todos en el reino cumplieran sus órdenes, fue después del faraón el hombre más poderoso de Egipto.

Y es así como José pasó de ser un esclavo a la mano derecha del rey y evitó que la gente muriera de hambre cuando sus predicciones se cumplieron.


4. EL NIÑO SALVADO DE LAS AGUAS (Éxodo 1 y 2)

Moisés el niño salvado de las aguas

En un tiempo Egipto se llenó de israelitas. Eran tantos que el faraón de aquella época temiendo que se volvieran contra él los volvió sus esclavos. Los hacían trabajar y los trataban con crueldad.

Como los israelitas superaban en número a los egipcios y el faraón temía no poder controlarlos, dio la orden de matar a todos los recién nacidos varones y dejar vivas solo a las niñas.

Entre tantas madres que temían por sus bebés hubo una mujer que tuvo un niño y lo escondió durante tres meses para evitar que los hombres del faraón lo mataran. Cuando ya no pudo seguir ocultándolo puso al niño en una cesta y lo dejó flotando entre los juncos de la orilla del Nilo con la esperanza de que de algún modo se salvara. El niño tenía una hermana que se quedó cerca de la cesta esperando a ver qué pasaría con el bebé.

La hija del faraón y sus doncellas fueron a bañarse al rio y la princesa vio la cesta entre los juncos. Cuando la abrió encontró al bebé llorando y se dio cuenta de que era un niño israelita, se compadeció de él y lo tomó entre sus brazos.

De pronto la hermana del bebé salió de entre los juncos y se ofreció a buscar a una esclava para que lo cuidara, la princesa accedió y la niña regresó con su madre quien pudo reunirse con su hijo.

Pasarían muchos años antes de que Egipto supiera que aquel niño era hijo de esa esclava a quien la hija del faraón le pago para cuidarlo y amamantarlo.

La princesa lo adoptó como a su hijo y le puso por nombre Moisés, que significa “salvado delas aguas”.


5. DAVID Y GOLIAT (1 Samuel 17)

David y Goliat

David era un joven pastor que tenía tres hermanos. Estos, se habían unido al ejército de un rey llamado Saúl para pelear contra el ejército del pueblo enemigo, los filisteos. Un día, el padre de David preocupado por sus hijos le encomendó averiguar cómo estaban sus hermanos.

Cuando David llegó al campamento donde estaban sus hermanos vio en la línea de batalla a un gigante filisteo llamado Goliat que se burlaba de los israelitas. Llevaba cuarenta días burlándose de ellos y les decía:

– Los reto a escoger a alguien para que pelee contra mí. Si él me mata nosotros seremos sus esclavos. Pero si yo lo mato ustedes serán nuestros esclavos.

Nadie quería pelear contra Goliat, todos le tenían miedo, media casi tres metros.

David se ofreció a luchar contra Goliat, y aunque al principio el Rey Saúl se negó a dejarlo por su juventud y falta de experiencia cambó de opinión cuando David le dijo firmemente que Jehová estaría con él en la lucha.

Para enfrentar a Goliat, David recogió cinco piedras lisas que puso en su bolso y se fue con su honda a enfrentarlo. Goliat no podía creer que ese era el elegido para pelear contra él.

David le dijo:

– Tú vienes a mí con tu espada, pero yo voy contra ti en el nombre de Jehová.

David corrió a enfrentar a Goliat y disparó con su honda una de las piedras que recogió, que entró en la cabeza del gigante y lo mató. Los filisteos huyeron al ver muerto al gigante que parecía invencible.


6. EL REY SALOMÓN (Reyes 3)

El Rey Salomón

Existió una vez un rey muy sabio llamado Salomón. Todos acudían por su consejo cuando tenían problemas que no sabían cómo resolver.

Un día se presentaron ante el dos mujeres, una habló:

-Señor, esta mujer y yo vivimos en la misma casa, primero yo di a luz a un niño y a los tres días ella dio a luz a otro. Durante este tiempo hemos estado solas, nadie nos ha visitado. Una noche el hijo de esta mujer murió porque ella se acostó sobre él, así que mientras yo dormía cambió a su hijo muerto por mi hijo vivo. Cuando me levante de madrugada para dar pecho creí que mi hijo había muerto, pero me di cuenta que el niño que estaba acostado a mi lado no era el mío.

La otra mujer la interrumpió:

-Mientes, mi hijo es el que está vivo y el tuyo ha muerto.

– Mientes, tu hijo es el que está muerto y el mío está vivo

Discutían así las mujeres cuando el rey las interrumpió, mandó a traer una espada y dijo:

– Partan en dos al niño vivo y denle una mitad a cada mujer.

Entonces la verdadera madre del niño dijo entre lágrimas:

– ¡Por favor no lo maten! Denle el niño a ella.

Mientras que la otra mujer dijo:

-Ni a mí, ni a ti, pártanlo.

De ese modo supo el sabio rey quien era la verdadera madre y entregó el niño a la mujer que prefirió entregarlo antes que lo mataran. El rey sabía que solo una madre es capaz de renunciar a un hijo para protegerlo.


7. JONÁS Y EL GRAN PEZ (Jonás)

Jonás y el gran pez

Existió una vez un hombre llamado Jonás que era profeta de Jehová. Un día el Señor le pidió que fuera a Nínive, una ciudad grande y poderosa que se había llenado de maldad para que intentara guiar a sus pobladores.

Pero Jonás no quería ir, así que se metió en un barco que iba en dirección opuesta a Nínive. A Jehová no le gustó esto, así que causó una fuerte tormenta y parecía que el barco se iba a hundir.

Para calmar la tormenta y sabiendo que esta era la consecuencia de sus acciones, Jonás le pidió a los marineros que lo arrojaran al mar. Cuando su cuerpo cayó, las aguas se calmaron y la tormenta se detuvo.

Entonces Jonás fue tragado por un pez gigante y permaneció vivo en su vientre por tres días y tres noches. Mientras estaba dentro del pez oró a Dios y le pidió ayuda, así que el Señor hizo que el pez vomitara a Jonás en tierra seca.

Después de esta aventura Jonás por fin se dirigió a Nínive y cumplió con los deseos de Jehová.


8. PARÁBOLA DEL SEMBRADOR (Mateo 13: 1-13)

La parábola del sembrador

Una mañana Jesús salió de su casa y se dirigió a la playa. Como había mucha gente se montó en una barca y le habló a todos desde las aguas:

– Un sembrador salió a sembrar. Mientras lo hacía, algunas semillas cayeron junto al camino y vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron entre las piedras donde había poca tierra, brotaron pronto porque la tierra no era muy profunda pero cuando salió el sol se quemaron y como no tenían raíz se secaron. Otras cayeron entre los espinos, pero estos crecieron y las ahogaron. Otras semillas cayeron en tierra buena y dieron buena cosecha.

Jesús explicó la parábola:

La semilla es la palabra de Dios. Las semillas que cayeron en el camino son como las personas que escuchan pero no entienden la palabra y las aves representan a la maldad que se lleva lo que se había sembrado en el corazón. Las semillas que cayeron entre las piedras son como el que oye la palabra de Dios y la recibe con gozo, pero como no tiene raíz profunda se aparta de Dios ante las dificultades. Las semillas que cayeron entre los espinos son como los que escuchan la palabra pero la olvidan ahogados por las preocupaciones y la búsqueda de riquezas. Las semillas que cayeron en tierra buena y dieron buena cosecha son como los que oyen la palabra de Dios, la entienden y le honran.


9. PARÁBOLA DEL TRIGO Y LA CIZAÑA (Mateo 13: 24-30)

Parábola el trigo y la cizaña

Un hombre sembró buena semilla en su campo, pero mientras dormía vino su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se fue. Cuando el trigo brotó lo hizo también la cizaña. Entonces los siervos del hombre le dijeron: “Señor, si sembraste buena semilla, ¿Por qué ha crecido cizaña?”. El señor respondió: “Nuestro enemigo la sembró”. Los siervos se ofrecieron a arrancarla pero él les dijo: “No la arranquen porque podrían arrancar también el trigo. Dejen la cizaña hasta la época de cosecha y llegado el momento le pediré a los segadores que la recojan para quemarla y que el trigo sea llevado al granero”.

Jesús explicó esta parábola así:

– El que siembra la buena semilla es el hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los hijos del reino, la cizaña son los hijos del mal, el enemigo que la sembró es el diablo, la cosecha es el fin del mundo y los segadores son los ángeles. Así como se arranca y quema la cizaña, así será el fin del mundo. Los ángeles recogerán del reino a todos los que hacen maldad y los echarán al fuego, y los justos prevalecerán.


10. EL HIJO PRÓDIGO (Lucas 15:11)

El hijo pródigo

Un hombre tenía dos hijos. Un día, el menor le pidió que le diera los bienes que por herencia le correspondían, los juntó todos y se fue lejos a desperdiciarlos. Una vez hubo malgastado todo vino una época de hambre y comenzó a pasar necesidad, así que decidió regresar a casa de su padre. Estando de regreso su padre lo vio a lo lejos y corrió emocionado a recibirlo, lo abrazó y lo besó. El hijo dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu hijo”, pero el padre dijo a sus siervos: “Vístanlo con el mejor vestido, pongan un anillo en su dedo, calcen sus pies y hagamos una fiesta, porque este es mi hijo que se había perdido y ha sido hallado.”

Jesús contó esta historia porque muestra como Dios recibe a todo aquel que haya pecado pero se arrepiente de haberlo hecho.



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